La humildad agrada a Dios

El Evangelio de hoy nos pinta una escena muy sencilla: Jesús está en un banquete y ve cómo algunos invitados corren a agarrar los primeros lugares. Y entonces suelta la enseñanza que nos pone a pensar: “El que se engrandece a si mismo será humillado, y el que se humilla será engrandecido.”

La humildad no es andar de “pobrecito de mí” ni estarnos menospreciando. La verdadera humildad es reconocer la verdad: que todo lo que somos y tenemos es regalo de Dios. El humilde no necesita presumir, porque sabe que su valor no está en las apariencias, sino en ser hijo de Dios

Jesús además nos dice algo fuerte: cuando des un banquete, no invites solo a los que te pueden devolver la invitación, sino a los pobres, los cojos, los ciegos, los que nadie quiere invitar. Es decir, que nuestro amor no sea interés, sino generosidad. Amar a los que no nos pueden pagar de vuelta, ahí está lo Cristiano.

Hermanos, vivimos en un mundo donde se busca el “primer lugar”, el reconocimiento, la foto en redes, el aplauso. Pero Jesús nos enseña que el verdadero lugar de honor está en el corazón de Dios, y ese lo alcanza el que sirve con humildad.

Pidamos hoy al Señor: Un corazón sencillo, que no busque aparentar. Un espíritu humilde, que sepa agradecer todo como don de Dios. Una caridad auténtica, que ame a los más pequeños, porque en ellos se esconde Cristo.

SOMOS MISIONEROS: El último mandato de Jesús a sus discípulos fue “Vayan por todo el mundo y hagan discípulos…” Esta es la misión de cada persona bautizada. Algunos colaboran yendo directamente a la misión, pero todos podemos participar apoyando a la misión. Hoy nos visitan misioneros que solicitan nuestra colaboración en la misión de la Iglesia. Seamos generosos.

NUESTRA SEMINARISTA – SEAN-MATTHEW FLORES: Me alegra mucho tenerlo con nosotros durante este año, apoyando en los diversos Ministerios Pastorales de nuestra Parroquia. Les pido que se unan a mí para darle la bienvenida a Holy Family.

¡Dios es bueno, todo el tiempo!

Padre Tony Udoh, MSP

Pastor de Holy Family