Hoy celebramos la Fiesta de la Epifanía del Señor: la manifestación de Cristo al mundo. La Fiesta de hoy conmemora la visita de los Reyes Magos al Niño Jesús. Los Tres Reyes Magos vieron las señales en los cielos, viajaron una larga distancia desde el Este siguiendo la estrella que los llevó al rey recién nacido. Cuando se encontraron con Él, se postraron y le rindieron homenaje. Le ofrecieron regalos de oro, incienso y mirra. El oro simboliza su realeza, el incienso simboliza su Sacerdocio y la mirra representa su muerte.
Jesús se manifiesta como la Luz del mundo. Nuestra primera lectura de hoy del Profeta Isaías nos llama a levantarnos con esplendor: "Levántate y resplandece…porque ha llegado tu luz, y la gloria del Señor alborea sobre ti. Mira: las tinieblas cubren la tierra, y espesa niebla envuelve a los pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en ti se manifiesta su gloria". Cristo es la luz que disipa las tinieblas del miedo y del odio, del dolor y de la desesperación. Su luz trae vida y alegría, paz y esperanza.
La estrella condujo a los Reyes Magos a la Luz Eterna, Cristo. Mientras seguían a la estrella, estaban en la dirección correcta. Pero cuando eligieron seguir sus instintos, pensando que un rey debía nacer en un palacio, se metieron en la oscuridad de la casa de Herodes.
Herodes representa la oscuridad del odio y la envidia. Quería destruir al Rey recién nacido. ¿Quién o qué es Herodes para usted? ¿Hay una persona, una situación, alguna ambición mundana, algunos hábitos pecaminosos o adicciones en su vida que te está alejando de encontrar a Cristo?
Mientras los Reyes Magos estaban con Herodes, la estrella desapareció. Pero una vez que salieron de esa situación, la Biblia nos dice: "Y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba El Niño". Alejarnos de ciertas personas o circunstancias nos permite ver la estrella y encontrarnos con la luz eterna de Cristo.
Y cuando nos encontramos con la luz eterna, Cristo Jesús, nos convertimos en pequeñas estrellas, iluminando el mundo de los demás. Muchas personas a nuestro alrededor, familiares y amigos, compañeros de trabajo y vecinos, viven en la oscuridad del dolor y la soledad, los vicios y las adicciones, la duda y el miedo. Cada uno de nosotros puede ser como la estrella que guió a los Reyes Magos: un testigo firme de Cristo, un embajador de Cristo amable, pero claro y atractivo. El regalo más grande que podemos ofrecer a Jesús y a nuestros seres queridos en esta temporada es la Luz de Cristo.
Dios es bueno, todo el tiempo!
Padre Tony Udoh, MSP Pastor de Holy Family